lunes, 6 de mayo de 2013

Cuaderno de Zombitácora LVI: Autopsia a "Autopsia Zombie"

En agosto del año pasado,
del Dr. Steven C. Schlozman, me prestó el ejemplar con la firme intención de que contrastara su opinión con la de alguien familiarizado con las ciencias de la salud.



Para poneros en situación, solo os diré que el libro trata el proceso de búsqueda desesperada por saber más sobre la etiología de una enfermedad a la que han llamado DANS, que al lenguaje español sería el equivalente a "Síndrome de Deficiencia Atáxico Neurodegenerativa de la Saciedad", y al profano sería "movidón que hace que vayas como borracho y que te comes hasta las piedras".
Esta cara se le quedó al Dr. Schlozman cuando se enteró de que haría una reseña de su libro
Para ello envían a un tal Dr. Stanley Blum a dirigir las estrategias y documentar todos los avances que se hagan en el Centro de Estudio al que bautizaron muy apropiadamente "La Cripta" dadas las previsiones nada halagüeñas para aquellos científicos que la habitan. No voy a extenderme mucho, para más información, acudan a la reseña original. De aquí hasta el final de la reseña intentaré aclarar aquellas partes que puedan resultar más difíciles de comprender al neófito de la biología y la medicina y, de paso, verteré mi humilde opinión de un libro que, a priori, os digo que me ha decepcionado considerablemente. Ni qué decir tiene que habrá algún spoiler a lo largo de la entrada, haciendo honor al nombre del blog. Avisados quedáis. Sentadas las bases del juego, dejen atrás toda esperanza, presionen más abajo y no miren atrás.


Voy a evitar ser demasiado purista o, si queréis, pejiguero con los detalles científicos de los que se hablan en el libro. No obstante, hay cosas dignas de resaltar y que, bajo ningún concepto dejaré pasar por alto. Por otro lado están las divergencias de opinión en lo que a un zombie se refiere, algo a lo que también prestaré atención. Todo sea por el bien del entendimiento y la concordia, aunque el precio de ello sea la caída de una obra tan elogiada como "Autopsia zombie".

Empecemos con lo que puede resultar más árido, es decir, la "ciencia" tras la obra. Por supuesto parto de que no se trata de un libro de divulgación científica y que, además, tiene como base la ficción, no obstante hay cosas que podrían haber sido más... digamos "precisas". Para empezar, el Dr. Schlozman, en boca del Dr. Blum, protagonista de la historia, declara haciendo referencia al virus causante del DANS, que "un microbio tan virulento y tan resistente, no puede ser un accidente" achacando su aparición a la mente perversa de un científico loco. Bien: Año 1918. Entre 50 y 100 millones de personas perecen en lo que, más tarde se denominaría erroneamente Gripe Española. Se estima que entre el 3% y 6% de la población mundial murió, probablemente matando a 25 millones de personas en las primeras 25 semanas, tras entrar en contacto con el virus de la gripe. Por lo visto, el Dr. Schlozman ha olvidado la rapidez inusitada con la que un virus es capaz de modificar su material genético y, así, convertirse en algo totalmente distinto a lo que era un año atrás, factor que obliga a las autoridades sanitarias a diseñar vacunas nuevas temporada tras temporada. Aunque también puede ser que el autor, intencionadamente, haya dejado entrever así la poca preparación del protagonista en materia científica. Todo puede ser... pero sigamos. 

Esquema estructural básico del virus de la gripe
Los priones son un factor clave en el desarrollo de la historia. En primer lugar imaginaos una proteína como un collar de perlas, en el que cada perla es un aminoácido. Esa cadena de aminoácidos ha de plegarse sobre sí misma para poder establecer conexiones entre las distintas piezas del collar y, a su vez, ha de sufrir otro plegamiento extra que dará como resultado la proteína funcionalmente activa. A estas estructuras se les conoce como estructura secundaria y estructura terciaria respectivamente. Pues bien, un prion no es más que una proteína que tiene alterada su estructura secundaria, rindiendo en último término un incorrecto plegamiento de su estructura terciaria. En un momento del libro se pone en evidencia el supuesto desconocimiento de estas estructuras anómalas alegando que "nadie sabe lo que son aparte de proteínas infecciosas". Bien, una sencilla búsqueda en PubMed del término "prion" rinde nada menos que 13976 publicaciones, cifra que en el 2011, año de publicación del libro, era de 12836. Yo diría que se sabe algo más que lo que el autor nos quiere dar a entender.

Este libro es para partirse la caja
Y siguiendo con los priones, estos acompañan al virus vector, de hecho insinúan que van en su interior cual polizontes. Bueno, en realidad, no como polizontes, sino más bien como camaradas, pues hablan de simbiosis entre estas dos estructuras. No hay un solo dato que haga referencia a tal simbiosis entre estructuras tan diferentes entre si, pero bueno, abramos la manga a la imaginación. Le paso esta, doctor. Lo que no le paso es el trato que le da al virus.

Amigos, un virus es un conjunto de proteínas y de material genético cuya posición en el árbol de la vida está más que cuestionado. Los virus no tienen un metabolismo propio, de hecho necesitan una célula hospedadora para crear nuevos productos y replicarse; carecen de estructura celular, cuando las células son consideradas la unidad básica de vida; de ahí que haya autores que las consideren "organismos al borde de la vida". No cabe, de ninguna de las maneras, el hablar de "necesidades nutricionales" o del "pensamiento del virus".

Otra cosa que me ha llamado la atención es el uso de sustancias químicas para manipular zombies y practicarles las correspondientes autopsias. Concretamente hablan de usar fármacos antidopaminérgicos para paralizarlos alegando que, como la dopamina es "el mayor neurotransmisor responsable de las ordenes del sistema nervioso del movimiento", usar algo que inhiba la acción de la dopamina, tendremos un zombie manso cual cachorro de labrador. Por lo que parece, el virus protege la parte del cerebro encargada de producir dopamina, el problema es que administrando un antidopaminérgico lo único que lograremos será reducir la motivación y la capacidad de experimentar placer y dudo que un zombie ataque por el mero placer de atacar. 

Un punto a favor es el que explica la inaudita facilidad con la que el cráneo de los zombies es tan delicado y quebradizo. En una apostilla explican que la prominente descalcificación y el constante aumento de la presión intracraneal debido a la infección por parte de organismos oportunistas hace que el cráneo, prodigio de la evolución, se convierta en poco más que papel de fumar frente a cualquier elemento arrojadizo medianamente contundente. Rick y sus colegas no tienen una fuerza insólita, es que el objetivo es demasiado blandengue.

Pero volvamos a las pifias, que para eso hemos venido. ¿Cuántas células diríais que tenemos en el cerebro? Porque aquí dice que andamos sobre los cien millones de neuronas. ¿Queréis saber cuantas son en realidad? Solo en la corteza cerebral (capa superficial del cerebro donde ocurre la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión) tenemos entre 13.000 y 15.000 millones de neuronas, llegando a los 100.000 millones si contamos todo el cerebro. Estas cifras varían dependiendo del individuo, edad,... pero la diferencia que quiero resaltar aquí es inexcusable.

Situación del hipotálamo
A lo largo del libro surge el concepto la saciedad. Todos conocemos de sobra que el término "saciedad" no existe en el diccionario del zombie, y aquí intentan dar una explicación factible a dicho fenómeno. En concreto, y cito textualmente: "el hipotálamo debería decirles cuando parar, [...] pero por alguna razón su apetito es infinito, propio de reptiles." Vayamos por partes (Inhumano se levantó de su escritorio para tomarse la tensión, pues sus sienes amenazaban con estallar fruto de la indignación creciente). El hipotálamo está efectivamente implicado directamente en regulación del hambre, el apetito y la saciedad por la liberación de determinadas hormonas. Está bien, asumamos que el hipotálamo está intacto y funciona como Diox manda. Está bien, asumamos que las células del intestino y del hipotálamo están en condiciones de comunicarse. Pero, ¿decir que los reptiles tienen un hambre infinita? Solo puedo proferir un sonoro e inequívoco resoplido de desprecio y pasar la página.



¡Sigamos para bingo! "Necesitamos investigar más de cerca, seccionar el tejido que hemos conservado y examinarlo con inmunofluorescencia". Allá vamos: la inmunofluorescencia es una técnica de marcación en la que se usa una sustancia fluorescente que se unirá única y específicamente a una molécula diana, que es la que queremos detectar o cuantificar según el caso. Bien, si no conocen a qué se están enfrentando, ¿qué pretenden sacar en claro con esa técnica? Para que os hagáis una idea, buscar algo con esta técnica sin saber qué es lo que buscan sería el equivalente a usar una linterna en una habitación a oscuras... pero con los ojos vendados. Ahora bien, usar la palabra "inmunofluorescencia" viste que da gusto.

Corte de piel sometido a la técnica de inmunofluorescencia donde se detectan depósitos de anticuerpos

"Las células mononucleares no atacan comunmente a los virus". Para empezar, una célula mononuclear es una célula sanguínea con un único núcleo. Como ejemplo tendríamos los linfocitos o los monocitos que nos cuentan cada vez que nos hacemos un análisis de sangre, componentes indispensables en el correcto funcionamiento del sistema inmune, concretamente para combatir las infecciones. Y aquí viene mi duda, porque no se exactamente en qué célula mononuclear está pensando, porque los linfocitos producen cantidades ingentes de anticuerpos que reconocen a entes externos y potencialmente peligrosos para la integridad del individuo, como bacterias y VIRUS, y los neutralizan. Otra más para el cesto.

Y, como no, me he reservado las dos mejores pifias para el final. ¿Preparados? En una de las autopsias, abren la caja torácica y observan repugnados como todo allí está impracticable. Los pulmones están inservibles aunque el corazón siga siendo fisiológicamente viable. Bueno, asumamos la potencia del virus para restringir la degradación de según qué tejidos, pero si los pulmones están inservibles, ¿donde se hace el intercambio gaseoso? Porque los zombies caminan y mueven músculos y, por lo visto, ciertas partes del cerebro siguen funcionando... Y AMBAS PARTES NECESITAN TANTO NUTRIENTES COMO OXÍGENO PARA FUNCIONAR. Que vale, que los músculos se fatigan a perpetuidad y como los zombies no conocen el agotamiento, van tirando como pueden... ¿pero el cerebro? Nada, el cerebro es el gran dictador del cuerpo, ya sea humano o zombie. No compro la idea.

Relación de simbiosis entre una anémona y un cangrejo
Y aquí viene la mejor de todas que, como biólogo, me hizo una especial gracia. Como ya he mencionado antes, en el libro se postula la posibilidad de que el virus contenga en su interior una legión de priones que, a modo soldados de asalto, se abalanzan sobre aquellas zonas del futuro zombie donde el virus no llega. Hablan de simbiosis, una forma de interacción biológica estrecha y persistente entre diferentes organismos de la cual surgen beneficios mutuos y recíprocos. Bien, dado que ni el virus ni el prion son seres vivos y, de hecho en ambos casos no son más que un conglomerado de biomoléculas, estaríamos bailando peligrosamente en el límite de la propia definición, pues no buscan perpetuar la especie más allá de la propia replicación casual y bien diseñada y moldeada por la selección natural, pues todo sea dicho, un virus no está vivo, pero si está expuesto y sometido a presión evolutiva. Lo que me llamó clamorosamente la atención fue el hecho de que clasificaran el fenómeno de simbiosis como algo altamente excepcional: "las probabilidades de que esto ocurra son mínimas".



Yo te digo, querido lector de Spoiler Zombie, que sin el fenómeno de simbiosis tú no estarías leyendo tranquilamente este post. La vida en la Tierra probablemente se reduciría a una magnífica sopa de bacterias nadando espaciosas en el mar. La fragata portuguesa, la anémona y el pez payaso, las plantas de alubias y las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico,... si me pongo pesado me lo decíBACTERIAS QUE USAN COMPUESTOS DEL AZUFRE Y GUSANOS TUBÍCOLAS DE LAS FUENTES HIDROTERMALES, LOS PÁJAROS DESPARASITADORES Y LOS BUEYES, LAS RÉMORAS Y LOS TIBURONES, LAS ALGAS Y LOS HONGOS EN LOS LÍQUENES,... Todos ellos son ejemplos de simbiosis, algunos más cercanos a la simbiosis obligada y otros al mutualismo, que sería aquella relación en la que hay beneficios mutuos, pero podrían sobrevivir perfectamente el uno sin el otro mejorando así sus aptitudes biológicas.

(Inhumano se levantó de su silla para hacerse una tila)

Y ahora es el momento de poner en evidencia las carencias literarias del libro. Vamos a dejar de lado las fallas puramente biológicas para tocar con la punta de los dedos la miseria. ¡¡HUNDÁMONOS AUN MÁS SI CABE EN LA MIERDA!! En concreto me llama mucho la atención la forma en que está escrito el diario. Nunca he escrito uno, pero imagino que este se escribe a última hora del día recopilando todo lo sucedido durante las horas precedentes, no obstante, y dadas las circunstancias, el protagonista prefiere prescindir de aparatos electrónicos (las grabadoras son una herramienta común en la medicina forense) para evitar, imagino, grabaciones deterioradas por las interferencias nucleares. Por ello se ve obligado a escribir cada ciertas horas un mismo día, algo plausible si no fuera por la insistencia casi mecánica con la que parece dedicarse al diario. Por la forma en la que escribe da la impresión de que no da un paso sin apuntarlo en su libreta. De hecho es tal el empecinamiento que se generan situaciones que rozan lo cómico pues refleja hasta parte de las conversaciones con los investigadores con los que trabaja (guiones y caracterizaciones del espacio entre guiones incluidas), cosa que genera un juego dramático raro que no favorece en absoluto a la historia.

Por otro lado, y con esto he de reconocer que me entró muy fuerte la risa, se plantea de cara al final del libro que un posible origen de la pandemia se situaba en Irlanda, pero que la recopilación de datos del brote se vio "obstaculizado por la mala traducción de los testimonios de la población que mayoritariamente habla gaélico". Pues resulta que el gaélico lo habla la friolera de 2.755.283 personas, de los cuales 355.000 son hablantes nativos, 538.283 son hablantes diarios y 1.860.000 tiene algún conocimiento de la lengua. No se yo, pero me da a mi que algún traductor habría disponible.

"Voy hecho unos zorros..."
Y diréis: "¿Y no tiene algún aspecto positivo el libro?". A lo que yo os contesto: Si, los dibujos. Es lo único que se salva bajo mi punto de vista. Muy expresivos, todos los detalles que pueden tener unos dibujos hechos a lápiz y muy bien escogidos para acompañar a un texto vano y sin personalidad. Quizás, rascando algo, podría sacar dos detallitos más: uno sería la relación entre el deterioro de la corteza cerebral con la falta de humanidad de los zombies, puesto que "lo que nos hace humanos" se origina precisamente en esta zona del cerebro. Y el otro elemento positivamente reseñable sería una página en concreto en la que describen cómo ha quedado el mundo tras los continuos esfuerzos de erradicación nuclear y no nuclear y el hecho de que incluso le hayan puesto nombre y apellidos al efecto que causa tal desolación en el ser humano: choque del DANS.

En definitiva, no podemos olvidar que se trata de un libro de ficción y que no vale la pena dejarse las cejas intentando buscar fallos en un libro cuyo objetivo no es otro que el entretenimiento. De hecho, el zombie aquí es tratado de forma completamente distinta a como estamos acostumbrados. Sin ir mas lejos, estos pueden morir de inanición, por lo que han de ser alimentados constantemente si los investigadores desean mantener a los sujetos con "vida" para su posterior disección y estudio. Esto entra dentro de la libre interpretación de la mitología y es perfectamente pasable. No obstante, por muy limitado que sea el target poblacional que se tiene en mente cuando se está escribiendo el libro, opino que se debería mantener una fidelidad con los hechos empíricos, y a partir de esta fantasear hasta que tu mente aguante. En resumen, no perder los papeles en cuestiones básicas, pues un edificio jamás se podrá mantener en pie si los primeros ladrillos ya van torcidos.

¿Aconsejable? Bueno, si no tienes nada mejor que leer, si. Me cuesta creer que el mismísimo Chuck Palahniuk manifestara su agrado e incluso recomendara el libro a "una nueva generación de amantes de la ciencia". En cualquier caso, se admiten sugerencias y opiniones. No olvidemos en ningún momento de qué estamos hablando y en calidad de qué lo estamos haciendo. Corderos de dios al servicio de la "frikada" pura y dura. No hay resquemor. Somos la reinvención de los paradigmas, somos ejemplo de "no gain, no pain", y malo sería de lo contrario.

Si es que cuando me tocan lo mio...

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