Cuaderno de Zombitácora XVIII: REC, vivito y dibujando

Bueno, al final ha sucedido. La Zombitácora ha alcanzado la mayoría de edad. Dieciocho entradas dando claves para la supervivencia, recopilando lo mejorcito de Internet y poniéndolo a vuestra disposición en una sección que auna a partes iguales el pragmatismo y la tontuna. Puede que estéis al tanto de lo que viene a continuación, pero para mi ha sido toda una revelación, un motivo de alborozo y satisfacción (buf, qué Borbón que ha sonado eso) que no quería dejar de plasmar aquí. Para no faltar al cariz que está tomando la sección, traigo otra noticia agradable para vuestros oídos. Todo son buenas noticias, todo va bien, reflejo mi optimismo aquí puede que debido a que mi situación, catastrófica y desesperanzadora al principio, está tomando un giro cautivante, quizás sea porque la situación por tierras escandinavas va haciéndose cada vez más apacible y el Sol vuelve a brillar entre las nubes, quizás sea el aroma de la hierba desperezándose entre los escasos charcos gélidos vestigios de la última helada sueca, quizás sea..., lo siento, me he dejado llevar por el entusiasmo. Metámonos en vereda y no nos desviemos de lo fundamental.

Hoy os dejo una noticia fantástica. A quién siga esta sección no le será difícil identificarme como un enfervorecido entusiasta del mundo del cómic, y no le sorprenderá en absoluto la alegría con la que recibí la siguiente nueva. Hernán Migoya, quien fuera autor de "Una, grande y zombie" entre otras novelas y guiones, sorprende ahora con un spin-off de la archiconocida producción zombie española "REC".

Portada del cómic

El autor va un pasito más allá de las películas de Jaume Balagueró y Paco Plaza para detenerse en aspectos concretos de la saga, dando así un salto desde el septimo al noveno arte, donde el género de terror es tan bien recibido. La obra, "REC. Historias inéditas", sale a la luz con la intención de complementar las películas siendo tanto paralela e independiente como accesoria a estas, pues pretende atar ciertos cabos sueltos que se fueron sucediendo a lo largo de su proyección y añadir matices a los personajes e incidentes. Sucesos que van desde el origen de personajes clave como la Niña Medeiros, como el destino de los chicos de la segunda entrega, pasando por el germen de todo el meollo, se agrupan en este cómic, además de otras historias simultáneas que quedaron en el cajón de sastre de Balagueró y Plaza, porque si bien las ideas principales que sirven de germen para los relatos son de estos, el desarrollo es fruto de la mente de Migoya.

Contraportada del cómic

Para llevarlo a cabo, el padre de "REC. Historias inéditas" ha contado con la colaboración de dibujantes de talla como Xoan Marín (“Nuevas hazañas bélicas”, “Plagio”), Álvaro Ruilova (“Cuentos de Cuculis”), el famoso portadista Alejandro Colucci, la consumada mangaka Andrea Jen (“Las horas perdidas”, “Alicia en el país de las Maravillas”), Salvador Sanz (“Desfigurado”, “Legión”) y Feliciano G. Zecchin (“Rail King”, “Peatones”); ilustradores que pondrán su más que demostrado arte al servicio del terror en un cómic en el que, al más puro estilo “Tales From TheCrypt”, el lector será guiado a lo largo de las diferentes tramas de la mano de un personaje que vertebra el desarrollo de las mismas, en este caso y como no podía ser de otra forma, se trata de nuevo de la Niña Medeiros.

Captura del episodio de Salvador Sanz, "El Experimento"

Captura del episodio de Xoan Marín, "El Desconocido"

Así que los que se quedaron con más ganas de esa escalera vecinal plagada de seres deseosos de morderte la cara, ya tienen otra cita a la que acudir, en este caso en formato papel donde, estoy seguro, se sabrá aprovechar perfectamente los recursos que ofrece para transmitir el impacto emocional y los sobresaltos que proporciona la película.

Por mi parte no hay mucho más que decir, tan solo manifestar de nuevo mi regocijo por la estupenda noticia y decir que ya tengo este ejemplar anotado en mi lista de targets para cuando termine mi exilio potestativo a tierras glaciales. Al fin y al cabo hasta el más previsor acaba dejando de vigilar sus espaldas algún día para dejarse llevar por el embriagador aroma y la encantadora textura de las páginas de un cómic.