martes, 14 de febrero de 2012

Cuaderno de Zombitácora X: Cuando las autoridades hablan

El invierno se aleja a paso lento pero con decisión en Suecia. Las temperaturas suben paulatinamente hasta alcanzar unos nada desdeñables 0ºC. El hielo que permanecía afianzado en los tejados impasible ante los tímidos rayos de Sol está sucumbiendo mililitro a mililitro. Las calles se llenan de charcos y la luz remolonea a diario en el horizonte resistiéndose a desaparecer. Un paisaje desapacible para un recién llegado, un motivo para la esperanza para un proyecto de veterano. 

No obstante, el cálido cobijo que ofrece el refugio se sigue haciendo tentador y, aunque las expediciones, aun infructuosas, cumplen una periodicidad casi religiosa, el domingo no me encontraba del todo bien y aproveché para hacer un alto en el camino e incluir una sesión de relax en el orden del día. Pero ni con esas puedo quitarme de la cabeza a los zombies y la amenaza potencial que suponen. 

Por casualidad encontré algo que me dejó totalmente descolocado. No es raro encontrar guías de supervivencia o kits de emergencia en la red. Sin ir más lejos, en este mismo blog se habló en una ocasión sobre un kit de emergencia extrema, pues no ocupaba más que el volumen propio de una botella de cerveza. Pero en este caso es totalmente distinto. Todo cobra un cariz distinto cuando quien da el aviso y pone a disposición del público la información es el mismísimo CDC (Centers of Disease Control and Prevention).

"Don't be a zombie. Be prepared"

Malditos sean, esta información data de mayo del año pasado y yo me entero ahora... ¡y de casualidad! Creo que merece ser tratada con la cautela que le corresponde y, en su caso, someterla a las críticas que sean necesarias. Al parecer, medio en serio, medio en broma, esta gente decidió poner a disposición del público una serie de guías y consejos esenciales para hacer frente a un apocalipsis zombie bajo la premisa “Más vale prevenir que curar”. A tal efecto, nos aconsejan contar con un kit de emergencia en nuestra casa que incluya agua, comida y los suficientes items que te permitan pasar el primer par de días antes de lograr encontrar un refugio libre de zombies. Por supuesto, esta gente nos pinta la mejor de las posibles escenas. El panorama que nos describe presupone que todo lector es capaz de poner en práctica un protocolo de prevención digno de un profesional, pues solo sabiendo identificar e interpretar correctamente una invasión zombie con la poca información que nos llegaría de los medios de comunicación, que prevendrían el pánico de la población durante un considerable intervalo de tiempo, te podrías permitir el lujo de planificar así de bien tu escapada. Si eres un principiante, más te vale comenzar a duplicar los enseres que a continuación detalla el CDC y añadir unos cuantos más, sin contar con los numerosos cambios que tendrá que sufrir tu refugio para adaptarlo a las circunstancias. Si sabes cuando escapar, si hueles el peligro y estás correctamente entrenado, el kit de emergencia se transforma en un kit de supervivencia a largo plazo y esos dos días de prueba, en una peligrosa prórroga. No he hecho más que empezar y ya he rajado de arriba a abajo el método. Pero veamos qué nos aconsejan los señores del Centro de Prevención de Enfermedades.

- Agua, 1 galón (3,78 litros) por persona y día.
- Comida (abastecerse de productos no perecederos de consumo regular) 
- Medicamentos (incluyendo tanto los prescritos como los no prescritos) 
- Herramientas y accesorios (cuchillo, cinta adhesiva, radio, etc.) 
- Saneamiento e Higiene (lejía, jabón, toallas, etc.) 
- Prendas de vestir y ropa de cama (una muda de ropa para cada miembro de la familia y la manta) 
- Documentación (copia de tu licencia de conducción, pasaporte y certificado de nacimiento). 
- Accesorios de primeros auxilios.

Cómo podéis observar, se trata de una lista fruto de un optimismo casi insultante. Entiendo los accesorios de primeros auxilios, puesto que aunque estés condenado si un zombie te muerde, no solo estos te esperan en el mundo exterior y hasta el más absurdo de los cortes, convenientemente infectado, puede suponer la pérdida de un miembro o incluso la muerte... pero ¿la documentación? Está claro que contemplan la posibilidad de que una vez empezado el proceso, todo vuelva a la normalidad y, en ocasiones, ese optimismo insolente puede hacerte bajar la guardia y entonces los primeros auxilios ya serán inútiles. Y otra cosa... ¿una organización con sede estadounidense (Atlanta) emite un kit de emergencia y no incluye una sola arma de fuego? Vamos hombre, que a estas alturas todos sabemos de qué pie cojeáis.

Pero sigamos. Dicen:

Una vez confeccionado su kit de emergencia, deben sentarse con su familia y trazar un plan de emergencia, que incluirá donde iríais y a quién llamaríais si los zombies empezaran a aparecer en tu jardín.

  • Escoge un lugar donde agruparte con tu familia en caso de que los zombies invadan tu casa. Elige además un lugar fuera de casa para emergencias imprevistas y fuera de tu vecindario en caso de que volver a casa no sea posible.
  • Identificar tus contactos de emergencia. Haz una lista de contactos locales como la policía, los bomberos y tu equipo local de respuesta frente a zombies. Además, mantén localizado un contacto fuera del estado al que llamar durante una emergencia para hacer saber al resto de la familia que estás a salvo.
  • Planea tu ruta de evacuación. Cuando los zombies están hambrientos, no pararán hasta conseguir comida (es decir, cerebros), lo que quiere decir que necesitas huir deprisa! Planea con antelación donde irías y, asimismo, las múltiples rutas entre las que escoger para no dejar ni una sola posibilidad a los comedores de carne.


Si antes metieron la pata con lo del kit pasajero para dos días, ahora estoy de acuerdo prácticamente en todo. Estas tres premisas dan por sentado que el sujeto susceptible de sufrir la invasión zombie cuenta de antemano con un refugio alejado de grandes asentamientos, lo que le permitiría, en caso de necesitarlo, acudir a él y evitar exponerse. De nuevo se hace imprescindible detectar a tiempo los primeros indicios de una invasión: muertes en extrañas circunstancias, “asesinatos” macabros que carecen de explicación, una frecuencia poco común de sucesos a priori injustificables... toda esa información que llegaría a nosotros con cuentagotas es de vital importancia y solo sabiendo descifrarla correctamente se podrá poner en práctica satisfactoriamente el protocolo de evacuación que nos plantean.

Por último, y justo a continuación de un título “made in EE.UU”, nos dan un último consejo.

No tengan miedo, el CDC está preparado. Si los zombies empezaran a recorrer las calles, el CDC llevaría a cabo una investigación al igual que con cualquier otro brote. El CDC proporcionaría asistencia técnica a las ciudades, estados o socios a nivel internacional que se estén ocupando de controlar la infestación. Esta asistencia incluiría la consulta, trabajo de laboratorio y análisis, gestión y atención de pacientes, seguimiento de contactos y control de la infección por medio de aislamientos y cuarentenas. La investigación en este escenario pretendería alcanzar varios objetivos: determinar la causa de la enfermedad, el origen de la infección / virus / toxina, aprender cómo se transmite y la facilidad con la que se propaga, cómo romper el ciclo de transmisión y, por tanto, prevenir nuevos casos y mejorar con los que ya se cuenta. No solo trabajarían los científicos en la identificación de la causa y la cura del brote zombie, sino que el CDC y otras agencias federales enviarían equipos médicos y equipos de salvamento a aquellas zonas afectadas.

Como colofón a esta más que somera guía impregnada de mofa, el CDC se mea en la cara de todos nosotros diciéndonos que estarán preparados pase lo que pase, que velan por nuestra seguridad. Estos organismos quieren hacer creer a una población desencantada con las políticas de gestión que aseguran velar por nuestra salud, que no corremos ningún peligro. Pues siento objetar, pero muy probablemente, y debido a la propia naturaleza humana que nos hace ser curiosos y confiados a partes iguales, cuando nos demos cuenta, no va a haber CDC que nos salve. Y ¿por qué termino con esta alusión a la ingenuidad humana? Porque este documento fue emitido como cebo para tomar medidas en caso de desastres naturales: tornados, huracanes, terremotos,... Es decir, aprovecharon el tirón mediático de los zombies para meter información, cuya utilidad no critico, ojo, pero que se aleja bastante de lo que han de ser las directrices pertinentes en caso de una verdadera invasión zombie. En palabras del director de la Oficina de Prevención y Respuesta de Salud Pública, el doctor Ali S. Khan: “Si estás en general bien equipado para tratar de frente un apocalipsis zombie, estarás preparado para un huracán, una pandemia, un terremoto o un ataque terrorista”. 

Sin duda alguna, todo son buenas intenciones, pero el ser humano no sobrevive a base de ideas y pretensiones, sobretodo si esconden tras de sí esas notas frívolas que nada nos ayudarán en un futuro para el que aun, por desgracia, la inmensa mayoría de la población no está preparada. No pretendo que me tilden de alarmista, tan solo intento mantener vigiladas las espaldas.

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